Mientras Omega con su música evitaba la cólera de los asistentes en la Base Sport Bar, de la zona oriental de la capital, donde se suponía harían una presentación los actores de la telenovela "El cartel de los sapos", el mambero provocaba a la vez la indignación de decenas de admiradores suyos en una fiesta que debía amenizar en el Country Club de Bonao y que no lo hizo.
La situación generó un desorden de marca mayor que terminó con sillas y mesas rotas, botellas por los aires lanzadas por gente enardecida que había pàgado para ver al merenguero de calle.
Se dice que la renuencia de Omega de cantar era porque los organizadores del baile, no habían logrado reunir el pago restante al artista porque "la cosa estaba floja" en la taquilla.
Dizque le rogaron hasta de rodillas a Omega para que cantara por los menos tres o cuatro merengues, por los 130 mil pesos que le habían avanzado a la firma de contrato, pero supuestamente éste se negó y mejor decidió marcharse.
Ya antes había tocado El Sujeto, pero al parecer el público no estuvo conforme porque deseaban ver actuar a la que se supone era la estrella de la noche.
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